Queda mucho por hacer para construir ese sueño europeo; se necesita que haya una política común en todos los frentes abiertos, para favorecer el proyecto de la Unión Europea. No tiene sentido que algunos países se desmarquen en sus políticas y vaya en detrimento de los países del sur, como es el caso de Alemania.
El modelo alemán exportador, vive en estos momentos una gran euforia por el superávit , sus ventas en el exterior superan a Francia, Italia y Reino Unido, llegando al extremo de dificultar la salida de la crisis a los países del sur que son los más castigados; confirman esta tesis el G-20, EE.UU y el FMI y han advertido de lo negativo que es para la recuperación, por la obsesión de los alemanes en sus políticas exportadoras.
Berlin apenas atiende a razones, no es su costumbre recibir órdenes sino darlas. El tema de la deflación amenaza a los países de la periferia, podemos caer en el estancamiento de la economía por la caída del consumo. Bruselas a tomado nota y se unirá a los países afectados para obligar a Alemania que, cambie el modelo político y se venga a razones a colaborar para evitar el estancamiento en la zona euro.
La Comisión Europea activará el mecanismo de alerta que supone el gran superávit alemán. También el presidente del Consejo estuvo en la misma línea de que, Alemania tiene que hacer reformas y la mejor manera de liderar el proyecto europeo es dar ejemplo. Si Berlín no corrige el desequilibrio entre exportación e importación, poco se puede hacer.
Bruselas puede multar a los países que no cumplan con el déficit, apunto estuvo de hacerlo con nuestro país, también debería Bruselas multar a los que incumplen la diferencia déficit-superávit, como es el caso de Alemania. Pero Alemania previniendo todo esto se aseguró en 2011 de que no habría sanciones para los superávit exteriores. Si países como el nuestro, que hemos hecho los deberes con muchos recortes y sacrificios, reduciendo costes laborales, y Alemania que no ha tenido la necesidad de hacer ningún recorte, no sube los costes laborales (salarios), como ocurre ahora, el reajuste es mucho más complicado para los países del sur.
En Europa estamos acostumbrados a que las decisiones las tome Alemania; esto tiene que cambiar y Bruselas es muy importante que le haga alguna que otra advertencia a Alemania para que, colabore con el proyecto común europeo que es de todos y no de Alemania solo.
Hace poco meses, nos decían que la recesión ya la habíamos dejado atrás. Han vuelto a saltar las alarmas, hemos pecado de optimistas, vienen largos periodos de paro, estancamiento y poca inflación; los expertos calculan que BCE tendrá que tomar medidas excepcionales para los tiempos que se avecinan.
Los mandatarios europeos tienen claras las medidas que tiene que adoptar Alemania: subidas salariales, más inversiones en infraestructuras, incentivos a la inversión privada y liberalización de servicios; curiosamente los grandes partidos alemanes coinciden con estas medidas de reactivación de la economía alemana.
Alemania tiene que ser solidaria con el resto de países de la periferia sur. Las autoridades europeas tienen que dirigir el proyecto europeo haciendo cumplir las normas. ¡¡ Qué suerte tienen los alemanes que, para solucionar la crisis tienen que hacer lo contrario que nosotros, a nosotros nos recortan el sueldo, a ellos no, a nosotros nos bajan las pensiones, a ellos se las suben, encima aún se quejan!!.
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